martes, 9 de septiembre de 2014

Sobre el Trabajo Infantil, reflexiones estudiantiles

Reflexiones sobre el trabajo infantil.
(*)

"La humanidad debe al niño lo mejor que pueda darle. El niño gozara de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación.”(Declaración de los Derechos del Niño).

Sin embargo, ir en un bus, y ver como un niño sube, salta el “torniquete” y comienza a vender dulces o peor aún, caminar por las calles de la ciudad y encontrarse en cada esquina a niños y jóvenes con un limpia vidrios en la mano, esto se ha vuelto tan cotidiano que simplemente nos cegamos ante la realidad que viven los menores de nuestro país.

En lugar de estar en una institución educándose o tan solo compartiendo y divirtiéndose con otros niños de su edad, están pasando necesidades buscando como alimentarse. ¿Es posible que en Colombia, en familias de bajos recursos, sean los niños quienes busquen el pan de cada día?...

No somos capaces de darnos cuentas de la falta de responsabilidad  de sus padres o de nosotros como colombianos permitiendo el trabajo infantil en nuestro país; deberíamos buscar soluciones para que nuestros niños aprendan el abecedario, los números, a escribir y a leer, en lugar de aprender palabras para pedir una moneda por la calle.

Pese a la leve disminución del trabajo infantil en el país, día a día vemos como el reto es más grande viendo a los infantes ser parte del índice de delincuencia de Colombia y lo más triste, niñas no mayores de 15 años vendiendo su cuerpo, tomando esta acción como un trabajo para sobrevivir o en el peor de los casos son obligados por los adultos que en ocasiones son sus mismos padres, aun conociendo que estas serian acciones inhumanas y no aptas para la edad de estos niños.

Erradicar con esta problemática es un reto de todos los colombianos, desde casa, hasta los mayores dirigentes del país, porque de nada sirve hacer campañas y jornadas de ayuda a los niños de bajos recursos, si desde casa no inculcamos en nuestros hijos valores que nos hagan entender que el trabajo infantil debe ser eliminado totalmente no solo del país, si no del mundo entero.

“9.210 niños muertos en combate armados por las FARC”, este titular lo recibimos en el 2008. Nos damos cuenta de cómo miles de niños son también incorporados a la guerrilla. La última investigación en marzo del 2014 revelo que 1.255 niños fueron reclutados, y que de ellos un 30% son niñas que someten a abusos sexuales y abortos forzados. ¿Es de esta manera como estamos consiguiendo la paz?... Los niños son el presente y lo más importante, son el futuro de nuestro país y si desde pequeños son sometidos a trabajos como estos, ¿Qué ejemplo podrán dar ellos en un futuro?

(*) María José Arroyo
Estudiante UPA
Integrante GPUPA